Ciudad de México- Quiquet Pastor Betancourt, militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), enfrenta cargos en Japón por “tráfico y posesión de estupefacientes”, luego de ser sorprendido en el Aeropuerto de Narita en la capital de ese país, en posesión de dos kilogramos de cocaína.

En los 90´s, Betancourt representó al PRI en la elección de Emilio Chuayffet, además fue funcionario público en Ecatepec, entre otros, como Director de Verificación y Normatividad.

Pastor Betancourt, de 47 años de edad, fue capturado el 23 de junio pasado en la terminal aérea de Tokio con varios paquetes de cocaína ocultos en una maleta. Luego de ser detenido, declaró que un amigo -cuya identidad se mantiene en sigilo debido a la investigación- le pidió transportar la droga a ese país asiático.

Betancourt residió en Mexicali, Baja California, donde  fue designado “Gran Vigilante de la Gran Logia Masónica del estado de Baja California”, y el 28 de febrero de 2010, ungido como Gran Maestro de Mexicali. Publica el portal de LaJornadaBC.

Quiquet Pastor regresó a su natal Ecatepec en 2012 para participar en la maquinaria electoral priísta de ese municipio, para después convertirse en el director de verificación y normatividad de ese ayuntamiento, puesto que ostentó hasta diciembre de 2013 cuando fue destituido debido a una demanda instaurada en su contra por un empresario, misma que “milagrosamente” nunca prosperó.

En 2015 reapareció en la arena política fronteriza con el PBC, partido que indistintamente ha contendido con las siglas del tricolor y blanquiazul, pero que en la elección de este año decidió participar con candidatos propios; no sólo logró mantener su registro, también se adjudicó una curul local.

El priísta, actualmente se encuentra en proceso penal en Fuchu, una penitenciaria militarizada de alta seguridad, donde se encuentran internos los detenidos por narcotráfico que han alcanzado sentencias de hasta nueve años.

Japón se ha convertido en un punto de trasiego de los carteles mexicanos de la droga pues, según datos oficiales, de los 80 kilogramos que se confiscaron en 2015, más de la mitad (46 kilos) procedían de México. La policía antinarcóticos japonesa estima que un kilogramo de cocaína genera ventas por 700 mil euros en las calles de Tokio.